No habrá un «¡Vamo Olimpia!» alto y claro en el próximo partido. La voz inconfundible del Beto Oviedo, siempre presente al costado de la baranda, se apagó este lunes, dejando un profundo dolor en el mundo del hockey sobre patines sanjuanino.

El histórico hincha y referente afectivo del Olimpia Patín Club falleció en las últimas horas y su partida deja un vacío imposible de llenar. Siempre vinculado a la institución del barrio Atlético por ser el padre de Juan y Oscar Oviedo —dos de los jugadores más emblemáticos del club—, el Beto era una figura infaltable en cada encuentro, sobre todo en los partidos de inferiores, donde acompañaba con su entusiasmo y su particular carisma.

Más que un hincha, fue un personaje entrañable del hockey local. Su buen humor constante, sus frases que despertaban sonrisas y su apoyo incondicional al equipo lo convirtieron en un ícono querido no solo por Olimpia, sino también por simpatizantes y dirigentes de otros clubes.

Hoy el hockey está de luto, pero también agradecido por haber tenido entre sus pasillos, tribunas y rincones a alguien como el Beto. Su presencia seguirá resonando en cada aliento, en cada gol, en cada chico que juegue con pasión y alegría. Porque así era él: pasión y alegría en estado puro.

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